lunes, octubre 13, 2008

Violencia acaba con más de mil 400 jóvenes en 2008

Santo Domingo (PL).- La mayoría de las víctimas apenas empezaban a vivir: más de mil 400 jóvenes de entre 18 y 34 años han muerto de manera violenta en lo que va de año en República Dominicana.
El lapso más peligroso del día es el que va entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, 12 horas durante las cuales salir a las calles dominicanas comporta riesgo de muerte.

Los datos fueron revelados por el ministro del Interior, Franklyn Almeyda, quien demandó la ayuda ciudadana para frenar la crisis, devenida epidemia más letal que cualquier otra.

La preocupación oficial se evidencia en la conformación de un plan denominado de Seguridad Democrática aplicado en forma piloto en esta capital y que comenzará a extenderse al resto del país.

Organizaciones sociales y comunales y los ciudadanos ponen en duda que el esquema logre sus fines en el actual clima de crisis económica en el cual el narcotráfico campea por sus respetos.

Raro es el día en el que la Dirección Nacional de Control de Drogas no da cuenta de arrestos y choques armados con vendedores de drogas que controlan zonas en los barrios.

Llama la atención que en ocasiones los uniformados tengan que enfrentar a los residentes, según todos los indicios por los beneficios económicos que les reporta esa actividad ilegal.

A mediados de semana el más alto prelado dominicano, Cardenal Nicolás de Jesús López, dijo que el narcotráfico es "un mal perverso" que afecta y amenaza a la República Dominicana.

Además de la severa descripción, es significativo que el purpurado la haya hecho en su sermón por el día de Las Mercedes, patrona de los dominicanos, en su mayoría católicos.

La admonición del cardenal semeja una "voz clamando en el desierto" ante el avance del comercio de alucinógenos como un medio de vida que provee abundante dinero con poco esfuerzo.

El escándalo por la reciente matanza de siete presuntos narcotraficantes para despojarlos de mil 200 kilos de droga y una crecida suma de dinero ilustra la gravedad de la situación.

Tanto la droga, como el efectivo, se desvanecieron en el éter y su paradero es un misterio que se complica por el silencio de los detenidos, 13 hasta el momento.

El caso detonó una denuncia de un senador por la provincia de Peravia (suroeste), Wilton Guerrero, quien afirmó que altos funcionarios en esa localidad con cómplices del narcotráfico.

La situación permanece en brumas, aunque omnipresente y temible: preguntada sobre el caso una fuente por lo general expansiva respondió: "De eso mejor ni hablar, es demasiado grande".

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